sábado, fevereiro 28, 2009

Bertha Pappenheim Psicanalise Uma Assistente Social


An der Seite verfolgter Frauen
Vor 150 Jahren geboren: Bertha Pappenheim, Gründerin des Jüdischen Frauenbundes
Von Mareen Heying
Bertha Pappenheim wurde am 27. Februar 1859 in einem jüdisch-orthodoxen Elternhaus in Wien geboren. Obwohl sie eine katholische Schule besuchte, war sie eine treue Anhängerin des jüdischen Glaubens.Sie war gerade acht Jahre alt, als ihre Schwester Henriette an Tuberkulose starb. Mit dem qualvollen Tod des Vaters 1881 traten bei ihr Halluzinationen auf und schwere Lähmungen, die bis zur Starre führten. Die junge Frau wurde Patientin des bedeutenden Wiener Arztes Joseph Breuer und seines Kollegen, des Psychologen Sigmund Freud. Ihre Fallgeschichte wurde 1895 in deren Studien über Hysterie veröffentlicht und ging in die Medizingeschichte ein, ihr Pseudonym: Anna O.Bertha Pappenheim wurde geheilt und zog mit ihrer Mutter nach Frankfurt am Main. 1895 wurde sie Leiterin des Mädchenwaisenhauses des israelitischen Frauenvereins in Frankfurt und engagierte sich in der jüdischen Gemeindepolitik. Da sich ihr viele Frauen anschlossen, sie als eine Art Führerin ansahen, gründete sie 1902 den Verein Weibliche Fürsorge, um soziale Initiativen und Projekte besser koordinieren zu können. Zwei Jahre später rief sie den heute noch bestehenden Jüdischen Frauenbund ins Leben.Bertha Pappenheim schrieb Novellen und Bühnenstücke, 1930 erschien ihr bekanntestes Buch, die Sisyphus-Arbeit, eine Studie über Mädchenhandel und Prostitution in Osteuropa und dem Orient. Sie starb am 28. Mai 1936 und wurde neben ihrer Mutter in Frankfurt beigesetzt.
De personalidade sensível, por volta dos vinte anos Bertha sofreu muito com a longa doença terminal do pai que, juntamente com as tensões da infância, foram as responsáveis pelo desencadear de um quadro chamado na época de histeria, e marcado por sintomas como depressão, nervosismo, tendência ao suicídio, paralisia, perturbações visuais, contraturas musculares e outros, e que a deixavam praticamente inválida. Foi, então, levada ao médico Josef Breuer, pertencente à elite de cientistas vienenses da época, e ele a tratou de 1880 a 1882, documentando o seu caso.
Inicialmente, Bertha foi submetida a sessões de hipnose mas, no decorrer do tratamento, o médico descobriu que dialogando com ela sobre a sua vida, podia levá-la a relatar traumas de sua infância do mesmo modo que sob hipnose, e que as recordações faziam que ela se sentisse bem e os sintomas desapareciam. A própria Bertha chamou o tratamento de "cura pela fala". Muitas pessoas acreditam que Breuer posteriormente a encaminhou para Freud, o que não é verdade.
Bertha Pappenheim teve um papel muito importante no desenvolvimento do método que Breuer denominou catarsis, e que viria ser o fundamento da futura Psicanálise.
A assistente social e a feminista
Após várias internações, e do agravamento dos sintomas da doença em razão da dependência em morfina, começou a dedicar-se ao trabalho social em prol da dignidade da mulher judia, e isso aparentemente contribuiu para a sua recuperação.
Em 1902, Bertha fundou e dirigiu por 29 anos a Weibliche Fürsorge (Assistência da Mulher), uma instituição destinada a colocar órfãs em lares adotivos, a educar mães sobre o cuidado com seus bebês, e a dar orientação vocacional e oportunidades de emprego para moças. Foi o primeiro abrigo e lar coletivo para mães solteiras e seus filhos, para crianças e meninas retiradas da prostituição.
Em 1904, fundou a "Liga das Mulheres Judias", a primeira organização judaica a lutar pelos direitos civis e religiosos da mulher judia, e da qual foi a presidente por vinte anos.
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segunda-feira, fevereiro 23, 2009

Ética e Direitos Humanos: Vinte Anos Sem Justiça ( El Salvador )

Buena parte de los catorce ex militares salvadoreños implicados en la matanza de seis sacerdotes jesuitas, cinco de ellos españoles, el ama de llaves y su hija, regentan hoy empresas, disfrutan de retiros y cargos, frecuentan cuartos de banderas y se pertrechan contra la persecución de la Audiencia Nacional y de la Asociación Proderechos Humanos de España (APDHE). Varios cabildean políticamente para impedir que la ley de amnistía de 1993 sea derogada por el Gobierno que salga de las elecciones del próximo 15 de marzo en El Salvador
"No veo mucho interés en algunas instancias de nuestro país por reabrir el caso, pero celebramos que en España se haga la justicia que en El Salvador no se puede hacer", señala Miguel Montenegro, director de la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador, donde, entre 1980 y 1992, murieron 75.000 personas, desaparecieron otras 7.000 y cientos de miles quedaron lisiadas, huérfanas, viudas o sin hogar. La justicia ha sido imposible, porque la separación de poderes parece ser todavía ciencia-ficción.
La matanza que el magistrado del Juzgado Central de Instrucción número 6, Eloy Velasco, y la APDHE revisan, aplicando el principio de la ley universal para los crímenes de lesa humanidad, ocurrió a primeras horas del día 16 de noviembre de 1989 en el campus de la Universidad Central Americana (UCA). Los jesuitas al cargo del centro, dirigidos por su rector, el español Ignacio Ellacuría, eran considerados por el ejército corrosivos teólogos de la liberación y cómplices del comunismo.
Ignacio Ellacuría (Portugalete. 1930) tenía 59 años cuando fue asesinado. Nunca fue un sacerdote pusilánime frente a las injusticias. Comenzó sus denuncias contra la ultraderecha salvadoreña y los paramilitares desde la revista de Estudios Centro Americanos (ECA). El asesinato del padre Rutilio Grande, en 1977 -dos años antes de que el vizcaíno fuera nombrado rector de la UCA- conmocionó a la comunidad jesuita, que redobló su labor en defensa de los más débiles. Los militares, desde sus órganos se difusión, les llamaban subversivos. "Haga patria, mate a un cura", animaban algunos pasquines. El golpe de 1979 desató una violencia que alcanzó al arzobispo Oscar Arnulfo Romero, asesinado un año después. Ellacuría no se calló y tuvo que marchar a España, en 1980, bajo protección diplomática. Cuando regresó a El Salvador, en 1989, a Ellacuría le esperaba la muerte. Con él la encontraron los padres Ignacio Martín-Baró, Segundo Montes, Amando López, Juan Ramón Moreno y Joaquín López. Fueron asesinados en la casa comunitaria de los religiosos en la Universidad Centroamericana, el 16 de noviembre de 1989, junto con la empleada y su hija de 15 años.
Las víctimas fueron ultimadas por soldados del batallón Atlacatl, que dejaron pintadas atribuyendo los crímenes al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). El juicio de 1990, que condenó a dos procesados y absolvió al resto, fue más un encubrimiento que otra cosa, según los observadores independientes, entre ellos, los enviados por España.
La mayoría de los acusados son ahora empresarios, pensionistas o beneficiarios del patrimonio obtenido durante la guerra, según afirma un periodista salvadoreño. ¿Son pequeños empresarios? "No tan pequeños. El ex coronel Orlando Cepeda es accionista de una de las grandes depuradoras de basura de El Salvador, otros administran negocios de armamento". El ex coronel Sigfrido Ochoa, de oscuro pasado, fue embajador en Honduras. Ni su patrimonio ni su libertad peligran de momento.
Los 14 reos no han respondido por su pasado. Algunos, como René Emilio Ponce, ex jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, cristiano evangélico, o el propio Cepeda, defienden a capa y espada la ley de amnistía desde su plataforma, la Asociación de Veteranos Militares (Asvem), o desde otros ámbitos, según las fuentes consultadas en El Salvador y Madrid.
"Yo, personalmente, he pedido perdón infinidad de veces en público por lo que cometí en mi odio, (...) pero también he perdonado a quienes asesinaron de 50 balazos a mi padre de crianza", dijo Ponce. "Sé que si se reabren heridas puede sobrevenir una nueva guerra. Sería bueno que de una y de otra parte (ejército y ex guerrilla) ayudáramos no sólo pidiendo perdón, sino haciendo esfuerzos para localizar a los desaparecidos y que sus familiares tuvieran el consuelo de darles santa sepultura".
Sepultura, pero también justicia. No será fácil. Es tal la desconfianza de los salvadoreños progresistas en las instituciones de su país, que el abogado español Manuel Ollé, director de la APDHE, promotor de la querella contra los militares junto con el Center for Justice and Accountability (Centro por la Justicia y la Rendición de Cuentas), con sede en San Francisco, observa "un gran clamor social a favor de que un tribunal penal internacional haga la justicia que no se ha hecho allí". "Al actual Gobierno de El Salvador no parece que le haya gustado mucho nuestra querella", agrega Ollé, "pero entiendo que debe cumplir escrupulosamente el tratado bilateral entre España y El Salvador sobre colaboración judicial en materia penal". Si lo hace, deberá atender las comisiones rogatorias y solicitudes de la Audiencia. El presidente salvadoreño, Antonio Saca, de la derechista Arena (Alianza Republicana Nacionalista), rechazó la intervención española por considerar que "en nada contribuye al desarrollo democrático de nuestro país"; el candidato presidencial del FMLN, Mauricio Funes, la recibió con escaso entusiasmo y no parece tener prisa por acometer la derogación de la ley de amnistía. Aunque la Corte Suprema no se pronunció, uno de sus miembros objetó públicamente el auto de la Audiencia Nacional al incidir en un caso ya juzgado. La entrada en vigor de una nueva fiscalía de la República "también puede mejorar las cosas", comenta el activista. ¿Y qué piensa la Universidad Centroamericana (UCA) sobre la iniciativa del juez Velasco? Contrariamente a quienes imputan cierta tibieza al centro jesuita, el director de su Instituto de Derechos Humanos, Benjamín Cuéllar, que promueve las investigaciones desde hace dos decenios, prometió ayudar a la Audiencia Nacional en todo lo que sea necesario.
"De todas formas, creemos que tenemos que trabajar aquí para que la justicia les llegue no sólo a aquellos que tienen posibilidades de llegar a un tribunal en España, sino a la gente acá", explica Cuéllar, partidario de la derogación de la ley de amnistía o de su adecuación a las nuevas circunstancias. Quiere que a todos los pobres de su país, a los cientos de víctimas anónimas de la pasada barbarie, también se les garantice una justicia hasta ahora ausente porque la controlan quienes no creen en ella. -

domingo, fevereiro 22, 2009

Deve Primar A Economia Real Frente à Especulação Afirma Presidente da OIT


FRANCESC RELEA
22/02/2009 in El Pais

Juan Somavia (Santiago de Chile, 1941) lleva 10 años al frente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con sede en Ginebra -acaba de ser reelegido como director general por cinco años más-, y mantiene viva su vocación de "activista social", de "luchador por la democracia" y de "alguien que cree que hay que cambiar la sociedad". Declaración de principios poco habitual en los tiempos que corren. Somavia ha estado recientemente en Lisboa, en la octava reunión regional de la OIT para Europa y Asia Central. Habló de la crisis, se distanció del discurso imperante y reivindicó la "Agenda de Trabajo Decente", que ha convertido en el lema de la organización que preside.
En una entrevista concedida a EL PAÍS, el director general de la OIT reflexiona sobre los antecedentes de la crisis económica y subraya que "el tema central es el crecimiento de la desigualdad y la reducción del porcentaje de los salarios en el PIB", y critica "la visión ideológica de la economía, que sostiene que la desregulación siempre es la mejor política y que nos ha llevado a los problemas del sistema financiero". "Esta visión", añade, "sobrevaloró el mercado, infravaloró el papel del Estado y devaluó la dignidad del trabajo".
Pregunta. ¿Y los bancos?
Respuesta. La crisis ha mostrado cómo el capital se fue al sector financiero. Los bancos preferían prestar dinero a organizaciones oscuras antes que ayudar a crear una empresa. Hay que restablecer el equilibrio entre la misión reguladora del Estado, la capacidad de generar riqueza del mercado y la voz de la sociedad, los individuos, las familias, los trabajadores. Ésta es una crisis de la que ya había alertado la OIT.
P. ¿Preocuparse por los damnificados de carne y hueso de la crisis no es clamar en el desierto?
R. Parte de la crisis es una crisis ética. Una de mis tareas como director de la OIT es llamar la atención sobre el impacto en el empleo y en la gente, sobre las necesidades de lo social, para que se escuche al mundo del trabajo. Hace 45 años que me dicen que estoy clamando en el desierto, pero en todo este tiempo hemos visto el fin del apartheid y la llegada de Mandela al poder en Suráfrica, nos deshicimos de Pinochet en Chile, se ha producido una evolución en América Latina hacia un mundo que se expresa con mucha mayor libertad... Creo en la persistencia.
P. Dentro de la persistencia que usted menciona está el papel preponderante que otorga a Europa. ¿Y Estados Unidos?
R. Creo en el destino de Europa, complejo, difícil, que ha logrado construir progresivamente un sistema de búsqueda de equilibrios, que son los que la globalización ha tratado de destruir, sin lograrlo del todo. Hay un reequilibrio hacia la llamada economía social de mercado. De una manera o de otra, Europa ha conseguido mantenerlo. No saldremos de la crisis por la vía de lo que ocurra en un solo país. No hay duda de que si EE UU no sale hacia delante es un gran problema, pero no el único. El peso de la economía europea es muy importante. No hay que olvidar tampoco a India y China.
P. La OIT prevé 50 millones de parados más para este año. ¿Hasta dónde podemos llegar?
R. Lo hemos dicho a comienzos de 2009. Esto es lo que puede ocurrir si las políticas de los Gobiernos no funcionan bien. Es una proyección realista, pero no alarmista.
P. Ha mencionado usted dos ideas para llenar el actual vacío político e institucional: una nueva carta de gobierno económico coherente y sustentable y un nuevo consejo económico y social global.
R. La carta es una indicación de que la gente comienza a pensar qué viene después. Es interesante ver que ya hay consenso en señalar que la Agenda de Trabajo Decente formará parte de eso y que los valores de la constitución de la OIT forman parte de ella. Todo bajo una óptica de Naciones Unidas, con el objetivo de ir recogiendo los valores principales para asegurar una mayor estabilidad en el futuro. Esa mayor estabilidad exige un reequilibrio entre el papel regulador del Estado, la creación de riqueza del mercado, la sociedad y la gente. He mencionado la idea de un consejo de seguridad económico y social que sea lo suficientemente compacto como para ser eficiente, lo suficientemente representativo como para ser legítimo y lo suficientemente abierto como para ser responsable. Es un proceso en marcha.
P. ¿Hay consenso en el mundo y en los países del G-20 de que hay que avanzar en esa dirección?
R. Creo que no, porque la gente está concentrada en la crisis. Pero cuando uno conversa individualmente con los líderes es distinto. Resulta que cuando Angela Merkel dice "la carta" está pensando en el futuro, o conversas con Lula o con el primer ministro de Australia y hablan de estos temas como temas de futuro. Sarkozy ha dicho varias veces que necesitamos un nuevo orden mundial... Creo que el tema está sobre la mesa. Obviamente, lo urgente es que el sistema financiero vuelva a funcionar por la vía del crédito. Hay que lograr un equilibrio entre lo económico, lo social y el medio ambiente, donde los ejes son bastante sencillos: inversión productiva, primar la economía real en contra de la especulación, empleo como elemento central que da estabilidad, y dar al empleo la dignidad que tiene. En esta crisis nos olvidamos de las tres cosas: nos fuimos por la especulación, devaluamos la dignidad del trabajo y mire cómo tenemos el medio ambiente y el cambio climático. -