terça-feira, novembro 10, 2009

Expulsada, acosada e insultada por vestir una minifalda
Una universidad brasileña echa a una alumna por llevar un vestido corto





Geisy Arruda, de 20 años, fue expulsada de su universidad el 22 de octubre pasado tras acudir a clases vestida con una minifalda. La joven, además, fue acosada por sus compañeros de clase, que protestaron por su vestuario. Su expulsión, ocurrida en la Universidad Bandeirantes (Uniban) de São Bernardo do Campo en el Estado de São Paulo, comenzó como un episodio estudiantil que sólo había recibido la atención de los medios locales pero ha acabado convirtiéndose en una polémica nacional en un país famoso por los minibikinis y el culto a la belleza.

El Ministerio de Educación brasileño pidió este lunes explicaciones por la expulsión de la estudiante. La secretaria de Educación Superior, María Paula Dallari calificó de "desproporcionada" la sanción que recibió la estudiante, y señaló que existe una discriminación por la diferencia entre el castigo que recibió Arruda y el que recibieron los cientos de estudiantes varones que la acosaron y agredieron de tal manera que tuvo que intervenir la policía para rescatarla. Los jóvenes se agolparon en la puerta del salón de clases y la persiguieron mientras bajo gritos de "¡Puta, puta!".

Las agresiones sufridas por Geisy han levantado protestas, por considerarlas producto de una actitud machista y discriminatoria. En la Uniban, una institución privada a la que asisten 60.000 estudiantes, no existe una norma escrita que regule el vestuario adecuado para acudir a clase. Tampoco existe un reglamento similar en otra universidad brasileña.

La institución educativa ha respondido con anuncios pagados en medios impresos locales donde afirma que la alumna había demostrado "una falta de respeto a la dignidad académica y a la moral" y que la reacción de los estudiantes había sido "reacción colectiva de defensa del ambiente escolar". El comunicado añade: "La alumna frecuentó la universidad con ropa inadecuada. El día de los hechos, ella aumentó su exposición y estimuló en forma explícita la reacción de los alumnos".

La Unión Nacional de Estudiantes (UNE) ha iniciado una campaña en defensa de la joven. Para su presidente, Augusto Chagas, la acción de la universidad ha sido descomunal: "Es como cuando afirman que la causa de una violación es la forma en como una mujer iba vestida", afirma.

Sergio Haddad, dirigente de las ONGs Ação Educativa y Fondo Brasil de los Derechos Humanos, la función de la universidad es la de discutir la tolerancia y califica la expulsión y la violenta reacción de los estudiantes como "un machismo deplorable", más aún en una universidad.

La Uniban sigue en sus trece y a través de su abogado, Décio Machado, ha hecho saber que la expulsión es "irrevocable", ya que la rectoría de la universidad decidió expulsar a la estudiante al considerar que su decisión de asistir a clase con una minifalda "hiere los principios de dignidad y moral dispuestos en el reglamento de la institución". Por su parte, el abogado de Geisy, Nehemias de Melo, anunció que tomarán medidas legales contra la institución.

Las reacciones a los hechos, sobre todo las difundidas a través de Internet, muestran solidaridad hacia Geisy y sorpresa por la reyerta entre una institución educativa y una alumna, causada por una minifalda. ¡Y en Brasil!

La agresión, en la Red
Buena parte del mérito de que la historia de Geisy Arruda haya trascendido los medios locales de São Paulo se debe a Internet. Un vídeo colgado en YouTube muestra a la joven sentada en clase con un vestido hasta la mitad del muslo. Después, la joven sale escoltada por policías mientras sale del lugar, cubierta con una chaqueta blanca y bajo los insultos de decenas de estudiantes. El vídeo deja en claro los gritos que le proferían.

En la versión en línea del diario Folha de São Paulo Henrique Morales opinaba que la reacción contra Arruda responde a "un moralismo estrecho y una doble moral"; mientras que Lilian Camelo juzgaba que la expulsión había sido "correcta" u se preguntaba si "¿esta persona realmente cree que puede ir a una clase con una blusa? Porque para ser un vestido debería llegar por lo menos cerca de la rodilla".

El estudiante Gabriel Ozaki, de 18 años, opinaba a través de Orkut (la red social más popular en Brasil) que una universidad "debería promover la convivencia entre personas y no tolerar las actitudes como las de los que humillaron a esa chica". Y añade: "Yo aplaudiría y alentaría que mis compañeras llevaran un vestido corto".

V. C., Madrid