'El capital' vuelve a las estanterías
El arzobispo de Múnich, Reinhard Marx, cuestiona el capitalismo salvaje
El arzobispo de Múnich, Reinhard Marx, cuestiona el capitalismo salvaje
JUAN GÓMEZ / EL PAÍS - Berlín / Madrid - 10/11/2008
El arzobispo de Múnich y Freising, Reinhard Marx, dice sin tapujos que la especulación "salvaje" es un "pecado" y advierte, por ejemplo, que el auge del socialismo en Latinoamérica es una consecuencia de la actual crisis financiera. "Un populismo de izquierdas en Venezuela es igual de peligroso que un populismo de derechas. El mesianismo político siempre es peligroso", sostuvo Marx en una entrevista con la revista Der Spiegel con motivo de la publicación de su libro El Capital. Sí, así es, otro Marx vuelve casi 150 años después a publicar un libro con el mismo nombre. La encuadernación y la cubierta tienen incluso los mismos colores y fuentes que la editorial Dietz utilizara para la primera edición de El Capital de Karl Marx.
El arzobispo aboga por que la economía sea rediseñada de acuerdo con unas normas éticas y reclama un nuevo orden tanto económico como político. "Esas reglas de juego deben tener una cualidad ética. En ese sentido, la doctrina social de la Iglesia es crítica con el capitalismo", señala. Marx avisa, además, de que "viejas ideologías" -en alusión al socialismo populista- están resurgiendo como ya predijo el papa Juan Pablo II, debido a la expansión del "capitalismo radical". "Un capitalismo sin un marco regulatorio es hostil a las personas", afirma el religioso. Además, añade que "el capitalismo salvaje es un pecado" por su relación directa con el de la "codicia". Karl Marx "no está muerto y hay que tomarlo en serio", clama Reinhard Marx.
Comienza el arzobispo en su libro con una carta a su "querido tocayo" muerto en 1883, al que pide que reconozca ahora su equivocación respecto a la inexistencia de Dios. En el resto del texto hay otros reproches a su predecesor. "Hay que confrontarse con la obra de Karl Marx, que nos ayuda a entender las teorías de la acumulación capitalista y el mercantilismo", afirmó el arzobispo en la presentación de su libro.
Ello no implica, sin embargo, que haya que "dejarse arrastrar a las insensateces y atrocidades cometidas en su nombre en el siglo XX", sino saber interpretar debidamente su contenido. El arzobispo califica de "social-éticos" los principios que defiende en su tratado y que describe como un libro "concienzudamente trabajado", cuyo lanzamiento ha coincidido con la crisis financiera y el debate en torno al capitalismo.
Reinhard Marx considera que el catolicismo debe aportar una visión "ética y social" para una reforma "sensata" de los sistemas financieros y apuesta por empezar limitando los sueldos de los directivos y frenar la avaricia empresarial.
El economista de la Universidad Libre de Berlín (FU) Klaus Peter Kisker resume las diferencias de ambos Marx en una: "La Iglesia católica, igual que muchos actores sociales, se han apuntado a criticar el capitalismo y la globalización pero no cuestionan las verdaderas causas de las crisis y de las desigualdades sociales". Kisker no reprocha a la Iglesia y a otros críticos su falta de formación marxista, sino más bien que "no saben capitalismo". Para tratar de remediar esto, Kisker ofrece cada semestre el curso Marx Reloaded, uno de los grandes éxitos de la facultad de Económicas.
Sin duda, la crisis financiera mundial ha agudizado el escepticismo alemán ante la globalización económica y los mercados de capitales. Todo ha renovado el interés en las teorías de izquierda y tanto un Marx como el otro se venden como rosquillas en las librerías.
Comienza el arzobispo en su libro con una carta a su "querido tocayo" muerto en 1883, al que pide que reconozca ahora su equivocación respecto a la inexistencia de Dios. En el resto del texto hay otros reproches a su predecesor. "Hay que confrontarse con la obra de Karl Marx, que nos ayuda a entender las teorías de la acumulación capitalista y el mercantilismo", afirmó el arzobispo en la presentación de su libro.
Ello no implica, sin embargo, que haya que "dejarse arrastrar a las insensateces y atrocidades cometidas en su nombre en el siglo XX", sino saber interpretar debidamente su contenido. El arzobispo califica de "social-éticos" los principios que defiende en su tratado y que describe como un libro "concienzudamente trabajado", cuyo lanzamiento ha coincidido con la crisis financiera y el debate en torno al capitalismo.
Reinhard Marx considera que el catolicismo debe aportar una visión "ética y social" para una reforma "sensata" de los sistemas financieros y apuesta por empezar limitando los sueldos de los directivos y frenar la avaricia empresarial.
El economista de la Universidad Libre de Berlín (FU) Klaus Peter Kisker resume las diferencias de ambos Marx en una: "La Iglesia católica, igual que muchos actores sociales, se han apuntado a criticar el capitalismo y la globalización pero no cuestionan las verdaderas causas de las crisis y de las desigualdades sociales". Kisker no reprocha a la Iglesia y a otros críticos su falta de formación marxista, sino más bien que "no saben capitalismo". Para tratar de remediar esto, Kisker ofrece cada semestre el curso Marx Reloaded, uno de los grandes éxitos de la facultad de Económicas.
Sin duda, la crisis financiera mundial ha agudizado el escepticismo alemán ante la globalización económica y los mercados de capitales. Todo ha renovado el interés en las teorías de izquierda y tanto un Marx como el otro se venden como rosquillas en las librerías.
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